DE LETRAS E IMÁGENES

Los zoques de Tuxtla, por una u otra razón, no permiten fotografiar a sus imágenes. No respetamos su decisión porque era un desafìo de tesis, pero sì oscurecemos la imagen...

EL HERALDO DE CHIAPAS

Octubre de 2009.- Como cada año, como cada octubre, las tres Vírgenes de Copoya -Candelaria, del Rosario y Santa Teresita de Olaechea- descendieron hasta Tuxtla Gutiérrez; el objetivo, festejar en la casa del mayordomo Miguel Zapoteco a una de las marianas, a la Virgen del Rosario.
Esta vez la peregrinación no empezó desde la Quinta Mechita, tampoco del templo de Copoya, fue desde la casa del presidente de la Junta de Festejos, José Paredes; ahí la Mayordomía Zoque, danzantes y estudiantes de diversas escuelas -que no sobrepasaban las 80 personas- caminaron hasta llegar a la nueva ermita de "las copoyitas".
El maestro baile, Gonzalo Gurría, justificó la poca asistencia, "es octubre, viene muy poca gente, pero vinieras en enero, ahí sí viene el gentío; además es martes, todos trabajan".
En esa primera parada los primeros cohetes se dejaron oír, así como los chinchines de los parachicos y la bulla de las yomoetzé (mujeres que bailan) y los suyutzé (o viejas).
El albacea de la Mayordomía, Paulino Jonapá, daba instrucciones para empezar a envolver en nichos a las vírgenes; fue así como 16 personas, entre músicos y mayordomos, iniciaron con "el costumbre", como ellos le llaman.
Primero despojarlas de sus joyas, luego meterlas en cajas de madera, acto seguido cubrirlas con petates y sostenerlas a cada una con un mecapal, para luego florear los bultos con cempazúchitl, cartuchos y flores de raíz.
La procesión estaba contemplada a las 9:00 de la mañana, pero empezó a las 11:20, para ese entonces ya había casi 200 personas; "los policías de Tránsito ya están preocupados, como les dijimos que temprano vinieron a las 9:00 de la mañana", lamentaba el presidente de la Asociación de Usos y Costumbres Zoque, Samuel Velázquez.
Una serie de 12 cohetes anunció la salida de las vírgenes y, como lo marca "el costumbre", para resguardar las imágenes, primero va el maestro cohetero, atrás parachicos (que no pertenecen a esta tradición, pero con el paso de tiempo se adhirieron), las yomoetzé, los suyutzé, los napapoketzé (danzantes de penacho), la Mayordomía en resguardo de las marianas y hasta atrás los devotos.
En medio del recorrido, en un altar de la Virgen de Guadalupe, la multitud se detuvo para venerar la imagen. 45 minutos después se posesionaba de las calles de Tuxtla Gutiérrez, hasta llegar a la casa del mayordomo Miguel Zapoteco, en la colonia Juárez.
En el recinto otro grupo de personas esperaba con confetis e incienso a "las copoyitas", entre ellos la investigadora Dolores Aramoni, que con cámara en mano retrataba la llegada de las imágenes; "esta es una tradición que nunca se va a acabar, la Iglesia Católica se quiso entrometer, pero no lograron desaparecer los usos de los zoques", enfatizó la etnóloga.
Las imágenes estarán hasta el 23 de octubre en la colonia Juárez, durante 10 días don Miguel Zapoteco cuidará de ellas y festejará a la Virgen del Rosario, hasta ese miércoles que tendrán que volver a Copoya, volver para continuar con "el costumbre".